Desde hace milenios el hombre utiliza el aire como ayuda, por ejemplo para hacer fuego con
un fuelle.
El griego Ktesibios construyó alrededor del año 260 a. C. los primeros cañones de aire
comprimido. Para ello además de una cuerda tensada, utilizaba aire que era comprimido en
un cilindro, aumentando de este modo enormemente el alcance de los proyectiles. No es de
extrañar que la palabra griega "neuma" que traducida significa "aire", haya dado el nombre
a esta técnica, la "neumática".
Con el comienzo de la industrialización, en el siglo 19 los aparatos operados con aire
comprimido se utilizaban sobre todo en la construcción de carreteras y en la minería. La
neumática se ha convertido en un elemento imprescindible de la industria moderna. En
todas partes pueden encontrarse máquinas y autómatas neumáticamente accionados que,
por ejemplo, ensamblan o clasifican diferentes piezas individuales y embalan mercancías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario